El Chi Kung es literalmente el cultivo de la energía, ya que Chi significa energía (qi) y Kung se refiere a cualquier destreza obtenida con tiempo y dedicación. Vamos a ver cómo consigue este arte milenario desarrollar y cultivar la energía interna a través de tres factores o regulaciones fundamentales.

El Chi Kung basa un enorme abanico de ejercicios y técnicas en tres factores fundamentales sobre los que actúa con gran eficacia, consiguiendo la integración y el equilibrio del cuerpo, la mente y la respiración. A continuación te explico brevemente cómo actúa cada uno de estos tres factores y al final del artículo te dejo un vídeo para que puedas iniciarte con una práctica sencilla pero muy eficaz para cultivar tu energía interna.
Los tres pilares del Chi Kung
La práctica del Chi Kung se asienta en tres pilares fundamentales también conocidas como las tres regulaciones. Estas tres áreas constituyen y dan forma a la esencia de todas las prácticas de Chi Kung, cuyo objetivo es regular y equilibrar la energía interna.
Cada una de estas áreas influye en las otras dos, de manera que actuando sobre cualquiera de ellas afectamos a las otras. Sin embargo el Chi Kung ha demostrado durante miles de años de práctica, que la mejor manera de cultivar y aumentar la energía interna es trabajar sobre los tres aspectos a la vez.
Para comenzar a regular cualquiera de estos tres aspectos es imprescindible conseguir un estado de relajación en las tres áreas que se promueve y se vuelve más profundo con la práctica.
Cultivar la energía a través del movimiento
El primer nivel y la base sobre la que se asienta una práctica correcta y completa de Chi Kung es el movimiento. El movimiento conecta con el cuerpo y desarrolla la autoconciencia y la propiocepción, ayudando a soltar tensión, mejorar la movilidad, estirar y tonificar de manera equilibrada.

Para lograr un movimiento adecuado al desarrollo del Chi Kung, debemos aprender y practicar la técnica correcta con atención a todos los detalles, pero atendiendo siempre a cualquier tensión que pueda aparecer. El movimiento siempre debe ser suelto y relajado, unificando lo interno (energía e intención) con lo externo (movimiento) incluso en las técnicas más exigentes.
Sin embargo, es posible realizar una práctica correcta de Chi Kung sin movimiento. Algunas formas avanzadas como el Dai Lohan (pequeño Buda) utilizan la visualización y la respiración para movilizar la energía dentro del cuerpo con diferentes objetivos. Por este motivo, el Chi Kung es apropiado para todo tipo de personas, incluso para aquellas con poca o ninguna movilidad.
Cultivar la energía a través de la respiración
El entrenamiento respiratorio es sin duda la pieza maestra de la práctica del Chi Kung, que desde las primeras prácticas respiratorias, hace más de 2000 años, se ha desarrollado y cristalizado en un inmenso abanico de ramas, escuelas y sistemas.
La respiración es el nexo que une la mente y el cuerpo, lo externo y lo interno, el Yin y el Yang. Es la clave para el desarrollo, el control y el cultivo de la energía interna. A través de los diferentes ejercicios y técnicas respiratorias, el Chi Kung consigue modular esta energía de una manera equilibrada y saludable.
En los diferentes ejercicios, formas y sistemas de Chi Kung se aplican distintas técnicas respiratorias, dependiendo del objetivo deseado. En función de cómo sea la inhalación y la exhalación, si se usa la nariz o la boca o el centro respiratorio que se emplee, la acción de la respiración en la energía es diferente.
Sin un trabajo respiratorio, cualquier técnica o sistema de Chi Kung pierde totalmente su eficacia a nivel interno.
Cultivar la energía a través de la mente
El control de la mente es fundamental en el entrenamiento del Chi Kung. Si nuestra mente está sumida en el caos y la compulsividad, no lograremos relajar el cuerpo ni mucho menos controlar la respiración o concentrar la energía.
Cada ejercicio, cada movimiento y cada respiración necesitan de la máxima atención de la mente para lograr su objetivo sin tensión que bloquee la libre circulación de la energía. Buscar esa atención consciente y lograr enfocarla es algo que se logra progresivamente con el entrenamiento.

La práctica regular de Chi Kung consigue aquietar progresivamente la mente, equilibrarla y enfocarla. Sin esta intención introspectiva y de autoconocimiento, cualquier ejercicio o sistema de Chi Kung queda reducido a una gimnasia de bajo impacto, desapareciendo el cultivo de la energía interna.
Cómo aprender Chi Kung
Para aprender a relajar cuerpo, mente y respiración para después poder aplicar las técnicas del Chi Kung, es necesario una práctica continuada que te permita conocerte de una manera más profunda. A través de sencillos ejercicios y técnicas respiratorias, puedes lograr estar más consciente de tu cuerpo, tu respiración y tu mente, logrando un mayor estado de equilibrio y bienestar.
Para iniciarte te dejo este vídeo con una sencilla rutina que puedes practicar a diario y con la que sentirás efectos muy positivos a corto, medio y largo plazo. Para aprender ejercicios específicos y la técnica correcta para aumentar sus beneficios, accede a nuestras clases online y aprende con un acompañamiento personalizado.